“ Finalmente, dedicarse a cualquier disciplina artística es el mismo reclamo del neonato al pecho. El arte es una forma de reclamar el amor que crees merecer.
Cuando me portaba mal de niña mi manera de pedir perdón era dibujarle algún pequeño desastre a mi madre y llevárselo a la cocina en ansias de que fuese bueno lo suficiente como para terminar colgado en el refrigerador. Hoy ustedes son mi madre y busco, a cada instante, merecer el refrigerador.
Fue preciso entender que una obra no se lleva a la tumba, es en cualquier instancia todo lo que se deja detrás al abandonar el hogar.”